Celiacos, Gluten free

sábado, 25 de septiembre de 2010

VIAJE A OLITE Y RONCESVALLES

Hace poco, decidimos realizar una visita a Olite y a Roncesvalles con su Monasterio lleno de historia.


La ciudad de Olite es encantadora descansamos en el Hotel Merindad de Olite, en el que cenamos estupendamente y donde nos hicieron una estupenda tortilla de espárragos para mi hijo celiaco. A la mañana siguiente nos dedicamos a visitar la ciudad con su imponente castillo muy bien restaurado y que hará las delicias de vuestros hijos. Desde sus almenas hay una vista preciosa del campo y de la ciudad. Cuidado con vuestros hijos ya que hay muchos huecos por donde caerse.

También hay que destacar el edificio del ayuntamiento, las catacumbas y el Parador de Olite. En este último es donde comimos. El Parador de Olite, como todos los paradores de la red nacional, dispone de platos para celiacos, tanto para niños como para adultos. El único problema es el precio y que hay que reservar con antelación sobre todo en sitios muy turísticos.


Antes de comer en el Parador de Olite tomamos un aperitivo en las mesas de la plaza peatonal, muy recomendables.

En el Parador comimos estupendamente, y como cualquier niño que se precie mi hijo pidió macarrones con tomate, que le hicieron en el momento.

Además de los típicos platos de celiacos para niños, en los Paradores dispones de platos de la carta en los que se indica que son aptos para celiacos, con lo que los adultos también pueden disfrutar de la gastronomía de la zona.

A continuación seguimos viaje hacia Roncesvalles. Roncesvalles está en la Comunidad Foral de Navarra, casi lindando con la frontera Francesa. Es el origen de camino Francés del Camino de Santiago, que es uno de los más realizados por los peregrinos.


Para acceder a Roncesvalles, se puede realizar en coche, la manera más cómoda, o en tren hasta Pamplona y desde allí en autobuses o autocares de línea. Os recomiendo que si realizáis el viaje en coche, llevéis “siempre” las cadenas para la nieve, ya que estamos hablando de una zona de alta montaña donde las condiciones climatológicas son muy cambiantes y os podéis encontrar en alguna situación comprometida.


En cuanto al alojamiento, hay poco donde elegir, se cuenta con los apartamentos situados en el monasterio , La Posada de Roncesvalles y el Hotel Roncesvalles.

Nosotros optamos por La Posada de Roncesvalles, tienen unas habitaciones tipo dúplex, que son geniales. En la parte de arriba una cama de matrimonio de las grandes y en la de abajo dos camas de 0,90 (ideales para los niños) y un baño completo, además de un armario. En las habitaciones no hay televisión, pero todas las plantas cuentan con una agradable sala de televisión que casi siempre están vacías.

La posada es un lugar muy tranquilo, donde la gente se levanta muy pronto para iniciar el camino de Santiago o ir al monte a realizar rutas y se acuesta también temprano debido al cansancio.

En ella hay un bar, muy bullicioso y alegre una vez caída la noche, donde se oyen muchos idiomas distintos a la vez y donde intercambiar las experiencias del día.

El comedor donde se sirven los desayunos, las comidas y las cenas es muy agradable, allí se pude comer de menú o a la carta, para estancias largas os recomiendo la media pensión, con desayunos abundantes y variados y cenas con cocina casera de la zona y variada en platos y productos.

En cuanto a la comida de los celiacos, en la posada tuvimos bastantes facilidades en la cenas, los desayunos ya sabéis tuvimos que cargar con los productos desde casa, aunque tenían yogures, jamón york y fruta además de Nesquik. En las cenas siempre nos hicieron sin problemas algo especial para el niño (menestra de verduras, pescado a la plancha, arroz con tomate, filetes de lomo fresco, patatas fritas especiales, pechuga de pollo etc.), en resumen, que sin problemas y con una amabilidad a exquisita.

Durante los cinco días que permanecimos en la zona realizamos varias excursiones por caminos de montaña y por los bosques de la zona. La zona tiene una belleza natural increíble, frondosos bosques (ellos la Selva de Irati), ríos de montaña que te alegran el camino y pequeños pueblos de montaña.



En el lado frances de los pirineros cabe destacar la localidad de Saint Jean Pied de Port, localidad medieval, con hermosas calles peatonales, muralla y fortaleza desde la que se divisa un paisaje escepcional.




  
El problema fundamental surge a la hora de la comida, si no llevas comida en la mochila, comer en la zona durante puentes, semana santa, fines de semana de primavera, verano y otoño, se convierte en una odisea. Hay pocos sitios y si no reservas con antelación te arriesgas a peregrinar de restaurante en restaurante y de pueblo en pueblo para acabar comiendo a las cuatro de la tarde si no tienes suerte, y con los niños quejándose.

En cuanto a la comida para celiacos, olvídate, en ningún restaurante tienen menú para ellos, ni siquiera pan, y pocos o ninguno saben de la enfermedad. Así que, solo se puede contar con la amabilidad que encuentras en casi todos los restaurantes para que te puedan hacer o algo de la carta (buena carne hay en todos los restaurantes) o la consabida tortilla española sin aditivos o la tortilla francesa y fruta para el postre.




3 comentarios:

Caminar sin gluten dijo...

Perdonar por no haber descubierto hasta hoy vuestro blog, ya que como a vosotros nos encanta viajar, así que hemos disfrutado con este reportaje sobre una zona que nos gusta mucho.

En cuanto que podamos enlazaremos vuestro blog.

Besotes

Ana y Víctor

famalap dijo...

UAUUUUU!!! Cómo me ha gustado éste viajecito. Lo apunto enterito, que quiero hacerlo exactamente igual

saludiños

Celiaquitos.com dijo...

voy a Olite este fin de semana a una boda, y me alojo en el mismo hotel que vosotros, asi que os copiare la ruta!!! muchisimas gracias!